Se ha hecho esperar pero al fin ha llegado, no es muy bueno aunque se puede ver sin tener que levantarse del asiento más de 4 veces. Más o menos es un compendio de fotografías de diferentes puntos de Berlín en donde he estado. No hay muchas puesto que mi estancia aquí no ha sido lo productiva que esperaba. Al ritmo de vida que llevo en esta ciudad necesitaría un año para darme cuenta y empaparme de la cultura berlinesa, rica en historia, arquitectura, pintura, literatura, ciencias, escultura, y ocio.
Lo bueno que a contaros vengo, es a expresar mi deseo y agradecimiento de recordarme lo estudiado años antes, por una dama que el pan se lo ganaba monstrandonos la falta de sapiencia en nuestras cabezas ya apagadas por el paso de los años sin regarlas. Pues no es más que un refresco para mi adormilada memoria lo que me han hecho este fin de semana, recordándome historias pasadas sucedidas en este mismo lugar. Historias no olvidadas que al refrescarme pude desearlas aún más fuerte. Deseo de cultura, de conocimiento, de saber para poder hayar conclusiones propias de un herudito con ansia de poder, poder que crece según mi mente se llena de esas grandiosas historias y acontecidos hechos ya pasados. Una guerra, dos guerras y el mundo cambia.
Darme cuenta ahora de lo poco que sabemos de cuanto nuestra vista alcanza a ver, pero sin pararse a observar más por tiempo o por dejadez, lo que nos hace meros títeres deambulantes por las ciudades, zombies del trabajo u otros asuntos de la vida que afectan a nuestra merced. He podido descubrir, solo por un instante, que todo cuanto nos rodea tiene algo que decir, algo que contar, algo interesante, solo es necesario quererlo escuchar, y si mi deseo es saber como y porque las cosas se crean, pues que por mi parte así sea.
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